Reencuentros

 

Si la vida son momentos, (cada vez más evidente para mí), indispensable resulta reencontrarse con aquellas personas que hacen que merezca la pena compartir esos mismos momentos, independientemente del tiempo que haya transcurrido entre cita y cita. Lo importante es volver a verse.

Hoy, y como cada año, me he vuelto a reencontrar en solitario con el elemento vivo que mejor me conoce: el mar. Me he sumergido, sin pudor ni miramiento alguno, en él, abrazándonos fuertemente, como los reencuentros de película. Y tras el abrazo y la bienvenida, nos hemos puesto al día. Es de rigor.

Con súbita paciencia me ha preguntado qué tal me ha tratado la vida este último año… Si soy feliz, si tengo esperanza, si tengo perspectivas y si he aprendido en mi camino. Él simplemente escuchaba atentamente, observando cada uno de mis gestos. Mientras, yo, chapoteaba y nadaba a la par que él me sostenía. Reconozco que la certeza de que jamás me dejará hundirme me otorga paz, amén de mucha seguridad. En él, con él, estoy protegida.

Tras las debidas confesiones no han llegado los consejos. Su sabiduría milenaria le ha dotado de la capacidad de saber que simplemente debe estar, haciéndome saber que está conmigo, y que los consejos se dan cuando se piden; esto es, si tengo la necesidad.

La despedida ha sido intensa. Evidentemente, queda mucho verano (quién sabe si este invierno acepto su invitación a sus profundidades, y buceo para conocerle mejor) pero, de momento, solamente quedan, ya hasta el año que viene, las visitas cortas de baño y salida (quién sabe si acompañada), junto con sus suaves caricias para refrescarme y saludarle. Sin más.

Nunca perdáis de vista la importancia de los reencuentos. De esos tranquilos, que no tienen hora fija de final, y que ocurren con aquéllos que mejor nos conocen… Con las personas que, simplemente con estar, hacen que todo lo que conlleva vivir, con sus agridulces pasos, merezca la pena.

 

         Foto: paisajesybodegones.com




S’ha finitto le tutti (se terminó todo)

 

A Toni.

A veces pienso (por cruel que suene) que me hubiese gustado no haberte conocido, pues así, la noticia no hubiese llegado y, con ella, mi pena. Sé que es un razonamiento estúpido, pero, más estúpido, injusto, doloroso y atrevido es que te hayas ido. Sea quien sea el que decide eso, me vas a permitir, es, como mínimo, estúpido. O estúpida. Y un grandísimo hijo de su madre. Si bien el lector estará pensando que vaya una manera más bruta, poco acertada y grotesca de comenzar una elegía, sepa éste que define con exactitud milimétrica lo que siento. Y, además, esto es entre la vida, Toni y yo. Y hay confianza.

Actualmente se cae en el error de hacer ‘bueno’ al que muere, sin más. Flaco favor, porque los que de verdad tienen la bondad como identidad y bandera, nada les beneficia, como es en tu caso. «S’ha finitto le tutti», les decías con tu batín de lord a los niñatos que en el hotel de Nueva York nos molestaban, intentando infundir respeto señorial mientras nosotros reíamos a carcajadas… Ya creo que «s’ha finitto le tutti»… Y ahora seguramente seas tú el que merecidamente rías… Pero a quien esté detrás de este «finitto», repito, no se lo perdono.

Hoy llueve. Truena. A una intensidad brutal. Supongo que esa fuerza natural ha desatado del todo la rabia y el dolor de tu pérdida en mi interior y me hace escribir estas letras. El día que te marchaste también llovía, de hecho lo hizo durante varios días más. Últimamente lo hace más de lo habitual. Amigo mío, el cielo también llora la pérdida de personas que hacen de este mundo un lugar mejor. Aunque sea difícil y duro ser así y, a veces, no te hayan dejado serlo. Eso te hace valiente y único pues lo fácil es unirse a la tendencia de la maldad como modo de vida, casi como una obligación de la que uno no puede escapar: o sobrevives a costa del mal al prójimo o tú pagas las consecuencias. No cediste a ese chantaje vital y silenciosamente, sin montar escándalo alguno, humildemente y con tranquilidad. Como uno más. Pues no, no lo fuiste, y no lo serás jamás.

Lo siento pero, tras meditarlo, me niego a despedirme de ti. Eso conllevaría que ya no estás y eso es caer, nuevamente, en un error. Estás en el recuerdo de los momentos vividos, en lo que dejas, en el pensamiento de muchos, en los paisajes de tu tierra, en tu bicicleta, en fotografías, vídeos, regalos… En tu pequeña, tu mayor creación, me atrevo a decir que el amor de tu vida.

Fuerza y honor como los gladiadores. Hasta en esto de tener que aprender a vivir sin los que valen la pena.

 




La Federación de Moros y Cristianos dan a conocer su historia en la Sala de Exposiciones de La Glorieta

El concejal de Cultura y Recuperación del Patrimonio, Jesús Pacheco, ha visitado esta mañana el montaje de la exposición ‘Murcia, Moros y Cristianos, una historia viva en la calle’ que se inaugurará esta noche a las 20 horas en la Sala de Exposiciones de La Glorieta. La Federación de asociaciones de Moros y Cristianos y el Ayuntamiento han organizado esta exposición con el fin de rememorar y dar visibilidad a esta fiesta, en esta semana en la que hubieran celebrado su programa de actos. Pacheco ha indicado que «los murcianos podemos ahora conocer de forma directa la historia y detalles de esta importante tradición que desde 1983 hasta ahora viene protagonizando la Feria de Murcia».

Hasta el próximo día 14 de septiembre se podrá conocer, con aforo reducido y con las medidas de seguridad correspondientes, la totalidad de carteles representativos de esta fiesta desde su inicio en 1983 hasta el actual de este año 2020, obra firmada por la artista Ana María Camacho. Además, se podrán contemplar algunos de los vestuarios más representativos que desfilan o han desfilado en los grandes momentos de la fiesta en años anteriores y una selección de utensilios y accesorios que forman parte de los desfile. Se incluyen, también,  fotografías sobre los distintos actos de actos de entrega de llaves de la Ciudad así como la embajada de la fundación de Murcia, la imagen de la Virgen de la Arrixaca, además de todos los pendones y estandartes tanto de la federación como de las diferentes cábilas y mesnadas.

Cabe señalar que, además de esta muestra, se desarrollarán otras actividades como la retransmisión de los principales eventos de Moros y Cristianos por redes sociales de la federación y del Ayuntamiento: El lunes 7 se recordará el pregón de 2019; el martes 8, las representantes de cábilas y mesnadas hablarán sobre qué significa ser abanderada; el viernes 11 tendrá lugar un coloquio para conocer las fiestas desde sus inicios; el domingo 13 se rememorarán los mejores momentos de la Embajada de ‘La fundación de Mursiya’ y el lunes 14 de la Embajada de ‘Entrega de llaves’. También se han organizado dos concursos a través de las redes sociales de la federación: por una parte, ‘Tu rincón festero’ en el que los participantes podrán enviar fotografías y vídeos de su campamento festero casero y ganar entradas a Terra Natura; y, por otro, un concurso de dibujo festero para los más pequeños con premios de tarjetas regalo de El Corte Inglés.

El horario de visitas es de 11 a 14 horas y de 18 a 21 horas y la muestra permanecerá abierta hasta el 14 de septiembre.

Fuente: Ayuntamiento de Murcia.




Mi nueva pequeña criatura

 

A Ana, mi sobrina.

En las circunstancias sanitarias, sociales y económicas más adversas de los últimos tiempos («economía o tiempos de guerra», que muy acertadamente dice tu padre) viniste al mundo… Y nos llenaste, con ello, de una alegría, ilusión y esperanza que nos hacían mucha, muchísima falta. Tras un confinamiento muy estricto debido a una pandemia a nivel mundial (te lo indico, pequeña mía, por si algún día lees esto para que sepas de qué hablo) y que nos sorprendió a todos de la noche a la mañana. Pero naciste… Y nosotros, tu familia, renacimos contigo, gracias a ti. Nos recordaste lo bello de vivir y la ilusión por la vida, por los proyectos, por lo valioso y necesario de luchar cada día… Y sin duda, el valor de la familia y la vida y el tesoro que supone el tenerla. Tú, junto a tus primos, sois la mejor y más valiosa muestra.

Dicen que este 2020 está siendo un año malo, muy malo, para olvidar… Pues para mí (llámame loca), no. Al margen de lo que nos está tocando vivir, este año me está dando innumerables cosas buenas, entre ellas, tú. Y me ha enseñado (y enseña conforme pasan los días) grandes lecciones de supervivencia, de gestión de emociones y situaciones nuevas que son muy cambiantes. Has venido, como se suele decir, con un «pan debajo del brazo», ya lo creo que sí.

Mi familia (en este caso, tus padres) me vuelven a obsequiar con el mayor de los regalos posibles… Que, además, para mi sorpresa y emoción, recibe mi mismo nombre. Ana Soto te llamas; eres Ana Soto Jr. ¡Joder! (con perdón), ¡que me sigo emocionando cada vez que lo pienso! Qué inmensísimo honor… Y qué regalo cargado de infinitas dosis de felicidad, ternura y amor, mucho amor.

¿Qué decirte, pequeña Ana? Que te miro y me sonrío; que te miro y todo tiene sentido; que te miro y tengo ganas de luchar… Que siempre me tendrás a tu lado, al igual que a tu prima Inés, la que, aprovecho para contarte, tiene muchas ganas de hacerte trenzas, jugar contigo, cogerte la mano y enseñarte el mundo… Ser tu fiel y dulce compañera.

El amor todo lo puede… Gracias por adelantado por todo el amor que has venido a darme para que luche. Y recuerda que jamás, nunca, estarás sola. Llora, patalea, grita… E iré corriendo allá donde estés.

Fdo.: Tu tita pesada (y tocaya).

 




Es amor, mi corazón…

 

Cuando el corazón aprieta, sin saber si llorar… Cuando quiere volar alto, pero sabe, bien que lo sabe, que no va a poder llegar… A donde quiere ir, donde desea ir, porque, late, late,late… Por él.

La mar en calma le hace calmar. La mar brava, ¡ay la mar brava! Le hace palpitar, llorar, saltar… ¡Morir!

El puerto que me vió nacer, anegado tiene mi corazón… Por querer volar sin poder, por llorar sin querer y sin éste saber…

Que lo que le provoca esas emociones es lo más bonito, puro y pleno que le puede secuestrar: el amor.

Secuestrado de amor se haya. Bendito corazón. Plena emoción. Vivo.

«Muchacha en la ventana». Salvador Dalí, 1925.




La verdadera esencia

 

Ocupado con el trabajo. O con tenerlo. Ocupado por el dinero. O por tenerlo.

Preocupado por ser el mejor. O llegar a serlo. Preocupado porque no tengo lo que quiero, porque no quiero lo que tengo. Porque me quiero y no me quieren. Porque no me quiero y no me quieren.

Porque mi vida podría ser mejor. O porque algunos volviesen a ella.

Ocupados peleando, preocupados porque pelean. Porque nada tengo…

¿Y mientras?

 




Ruge la mar

 

La mar ruge, tiene motivos para hacerlo. La miro y arrecia, ¿quién soy yo para poder plantarle cara?

Grita auxilio, grita furia, grita… ¡Grita!
Acaso no tiene derecho como todos a hacerlo cuando está sufriendo y no es capaz de sosegarse.

Al menos, hoy, sus aguas revueltas están vacías de bañistas, motoras y en definitiva personas que desde hace mucho no la respetan. Que ruja, que no me molesta, pues si no lo hiciera no sería la mar. Nunca ha sido mansa… Y nunca lo será.

Ruge, amiga mía, que yo te escucho. Que sé que lo necesitas. Que sé que ruges por mucho y por muchos. Y, además, más pronto que tarde, te calmarás.

Los Nietos (Cartagena -Murcia-), 31 de julio de 2019.

Foto: Ana Soto